Esta vez vamos a jugar a imaginar y estimular la creatividad. Una forma es a través de preguntas abiertas. Como ya expliqué en otra entrada, las preguntas abiertas son las que no tienen respuesta correcta ni específica. Hacen pensar, mueven conocimientos y fomentan la creatividad.
Relacionado con las preguntas abiertas, se encuentra el pensamiento divergente. Es una forma de pensar no-lineal que toma caminos diferentes a lo que parecería encaminar directamente la lógica y la experiencia. Como define Ken Robinson: "Es una
capacidad esencial para la creatividad; es la habilidad de ver muchas
posibles respuestas a una misma pregunta, muchas formas de interpretar
una pregunta, de ver múltiples
respuestas y no sólo una".
Solo tenéis que echar un poco de imaginación y a ver qué se os ocurre:
Donde los demás ven un triángulo ¿qué ves tú?
Venga, empiezo. Yo veo...
- Una montaña
- Una pirámide egipcia
- Una señal de tráfico al revés
- Un sombrero cónico chino
- Un cucurucho de helado boca abajo
- Una mesa triangular vista desde arriba (propuesta de mi pequeña)
- Un sandwich (otra propuesta de mi pequeña)
- Un papel recortado (otra)
- La concha de un caracol en un mundo triangular... (y otra)
¿Y tú? ¿qué ves? ¡Ánímate y escribe lo que se te ocurra en los comentarios!
Hoy mis estupendos compañeros del máster me han dado a conocer este precioso vídeo inspirado en un poema de Loris Malaguzzi, creador de las escuelas Reggio Emilia.
Las voces de estos niños con su "lengua de trapo" que tanto me gusta versionan el poema de Malaguzzi donde nos cuenta que, en realidad, los niños tienen 100 lenguajes y los mayores (la escuela y la cultura) les arrebatamos 99, aunque sea sin querer.
Es una bella forma de dar voz al pensamiento infantil y no olvidarnos de la importancia de tener en cuenta esos otros 99 lenguajes que con el paso del tiempo y la falta de uso, muchos acabamos olvidando.
Utilicemos y demos valor a todas las formas de expresión que nos proponen nuestros pequeños. Tenemos mucho que aprender de ellos. Escuchad con atención el vídeo, es todo un placer.
El niño está hecho de cien.
El niño tiene cien lenguas cien manos cien pensamientos cien maneras de pensar de jugar y de hablar cien, siempre cien maneras de escuchar de sorprenderse, de amar cien alegrías para cantar y entender cien mundos que descubrir cien mundos que inventar cien mundos que soñar.
El niño tiene cien lenguas (y además cien, cien, y cien) pero se le roban noventa y nueve.
La escuela y la cultura le separan la cabeza del cuerpo.
Le hablan: de pensar sin manos de actuar sin cabeza de escuchar y no hablar de entender sin alegría de amar y sorprenderse sólo en Pascua y en Navidad.
Le hablan: de descubrir el mundo que ya existe y de cien le roban noventa y nueve.
Le dicen que el juego y el trabajo, la realidad y la fantasía, la ciencia y la imaginación, el cielo y la tierra, la razón y el sueño, son cosas que no van juntas.
Le dicen en suma que el cien no existe.
Y el niño dice: En cambio el cien existe.
El niño está hecho de cien.
El niño tiene cien lenguas cien manos cien pensamientos cien maneras de pensar de jugar y de hablar cien, siempre cien maneras de escuchar de sorprenderse, de amar cien alegrías para cantar y entender cien mundos que descubrir cien mundos que inventar cien mundos que soñar.
El niño tiene cien lenguas (y además cien, cien, y cien) pero se le roban noventa y nueve.
La escuela y la cultura le separan la cabeza del cuerpo.
Le hablan: de pensar sin manos de actuar sin cabeza de escuchar y no hablar de entender sin alegría de amar y sorprenderse sólo en Pascua y en Navidad.
Le hablan: de descubrir el mundo que ya existe y de cien le roban noventa y nueve.
Le dicen que el juego y el trabajo, la realidad y la fantasía, la ciencia y la imaginación, el cielo y la tierra, la razón y el sueño, son cosas que no van juntas.