Casi todos los días me conecto a la red y leo información diversa sobre temas que me interesan. Como es lógico, muchos de los enlaces son de tipo educativo.
Encuentro muchas entradas sobre "tips" o trucos para manejar el aula, por ejemplo. Sobre resolución de conflictos, conductas disruptivas, métodos diversos, educación emocional...
Suelo ver títulos tipo: "5 cosas que nunca deberías hacer", o "10 ideas para mejorar el clima del aula", etc.
También leo toda clase de teoría, criterios, opiniones, debates y consejos dirigidos a familias además de docentes. Podemos encontrar infinidad de argumentos a cual más convincentes para ayudarnos en la no fácil labor de educar a los pequeños. En la no fácil labor de ayudarles a crecer como personas respetando a los demás.
Con el tiempo y la experiencia personal, cada uno vamos creando nuestras propias formas de manejar situaciones, sea como padres o como docentes. En mi caso, hablo de mi nivel que es Segundo ciclo de Infantil.
Cuando hay algún conflicto en el colegio, cada maestro suele tener sus recursos para intentar resolverlo: Una charla, una explicación para fomentar la empatía, un "time out", una negociación, una amonestación, economía de fichas, etc. Recursos basados en refuerzos positivos y negativos, metodologías conductuales, educación emocional, disciplina positiva, atención plena y toda clase de técnicas y formas de entender la educación que han ido calando en nuestras convicciones más profundas y enraizadas. Lo que para algunos resulta inaceptable, para otros puede significar lo contrario. Precisamente el otro día tuve una interesante conversación con otras docentes en la que alguien manifestaba que alguna vez le dieron un cachete en la infancia y no por ello se había traumatizado. Es más, veía que le hizo bien. Ante esto, alguno podría estar echándose las manos a la cabeza mientras otros asienten.
También recuerdo la introducción de un libro de mi profesor Paco Plaza sobre disciplina. Contaba una anécdota sobre un niño que, tras hacer una trastada y disponerse su padre a hacerle entender que eso estaba mal, le contestó: "Razonar no, papá. Razonar más no". Puede que para el niño tanto razonar le supusiese una tortura.
No quiero dogmatizar porque me gusta creer que cada cual adapta sus experiencias a sus circunstancias de la mejor manera que puede y sabe, y con la mejor intención. Entiendo que somos personas y que no somos perfectos, y en muchas ocasiones tomamos decisiones equivocadas: puede que no escojamos la mejor opción en el fragor de la batalla. Sin embargo, resulta conveniente darnos cuenta a posteriori de los efectos de esa decisión, si es posible mejorarlos, cuál habría sido la más adecuada y procurar aprender de la situación. Se trata de un trabajo personal duro en el que yo me encuentro continuamente. Y supongo que no estoy sola.
Por tanto, no voy a soltar una lista de métodos, consejos o técnicas aplicables e infalibles, porque mi experiencia me dice que cada circunstancia es distinta y lo que es infalible en una situación puede no serlo si cambiamos de protagonistas y contextos.
Por otro lado, sí quisiera compartir una experiencia que conocí a raíz de una conferencia de Alfredo Hoyuelos. En aquella conferencia nos mostró un vídeo que me dejó fascinada, y a partir de entonces, recurro en ocasiones a él.
Todo lo que he escrito hasta el momento lleva a la idea de que, ante un conflicto entre pequeños, el adulto media a través de una decisión adulta. Volvemos de nuevo: aplicación de un castigo o consecuencia, unas palabras para ayudarles a empatizar, a razonar, a pedir perdón, respetar la justicia que administra el adulto... Generalmente los mayores "encaminamos" y "dirigimos" la solución.
Desde que vi aquel vídeo, me gusta rememorarlo cuando observo la ocasión propia para hacerlo. No creo que sirva si se hace continuamente, pero hay momentos que son ideales. Para ello hace falta un poco más de tiempo que decirle al peque o a los peques implicados "quédate ahí sentado" (que lo hago también, por cierto).
La idea es muy sencilla: Mirarse a los ojos sin decir palabra.
Alguna vez me han llegado dos peques en conflicto pidiendo justicia y, en ese momento, creo que no es necesario administrarla. En ese momento, es más importante sentirse bien porque son amigos y compañeros. En ese momento, la justicia llegará sola porque se entenderán el uno al otro. Porque se dan cuenta de que en el fondo lo que quieren es jugar juntos.
Les digo que se miren a los ojos. Que no digan nada. Me pongo a su altura, les acompaño en la mirada y a veces con alguna caricia.
Siempre que lo he hecho, se miran a los ojos, al principio tímidamente y con caras enfurruñadas. Luego, como por arte de magia, las miradas se hacen más largas y las caras van cambiando. Aparece la relajación y alguna risilla mientras se miran. Y al final acaban riendo los dos. No hace falta decir apenas nada. Ellos mismos deciden irse juntos a seguir jugando y pelillos a la mar. No se ha hecho un mundo de la discusión. No ha sido necesario castigar, regañar o razonar. Se ha resuelto compartiendo miradas. Los niños son capaces de dejar ver su corazón a través de los ojos y han usado su corazón para resolverlo. Todavía tienen ese don que se va perdiendo con el tiempo.
En ocasiones, con eso es suficiente. A veces los adultos no necesitamos intervenir. Ellos son capaces de mucho más de lo que esperamos.
Inteligentemente, ellos hacen suya aquella famosa frase: "Una mirada tuya bastará para sanarme".
Bienvenidos a la nueva dirección del anterior Blog de la Seño Carla http://carlamaestra.blogspot.com.es
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domingo, 22 de febrero de 2015
¡Seño, Fulanito me ha empujado!
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Alfredo Hoyuelos,
competencia en autonomía e iniciativa personal,
comportamiento,
consejo,
educación emocional,
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viernes, 26 de julio de 2013
Canción Rompo un Huevo para divertirnos y desarrollar la confianza mediante el contacto con los demás.
Aquí tenéis una canción que me encanta.
Los niños se colocan unos detrás de otros y hacen gestos en la espalda de su compañero de delante mientras sienten los gestos de su compañero de detrás.
Luego pueden dar media vuelta y hacerlo al revés.
Esto les infunde placer y confianza en los demás, a la vez que fomenta el sentimiento de pertenencia a su grupo-clase.
Mirad qué bien se lo pasan:
Here you have one of my favourite songs: I Crack an Egg.
Children stay sitting down in a cue one behind the other, and they touch the back of their classmate. At the same time, they feel the movements on their own back.
Then they can turn to the other side and do it again.
This activity is very pleasant for them and instill confidence in their classmates. And makes them feelling as a part of their group.
(OMG, I´ve lost all my English writing skills with the exams... Please, remember to help me correcting my mistakes, Thank you all)
Watch them having such a good time:
Rompo un huevo.
Rompo un huevo, rompo un huevo,
cae la yemita, cae la yemita,
suben las hormiguitas, bajan las hormiguitas,
suben los elefantes, bajan los elefantes,
suben los vampiros, te chupan la sangre, te chupan la sangre,
bajan los vampiros,
sube la serpiente,
rodea tu cabeza,
y hace mucho fríooooooooo.
Los niños se colocan unos detrás de otros y hacen gestos en la espalda de su compañero de delante mientras sienten los gestos de su compañero de detrás.
Luego pueden dar media vuelta y hacerlo al revés.
Esto les infunde placer y confianza en los demás, a la vez que fomenta el sentimiento de pertenencia a su grupo-clase.
Mirad qué bien se lo pasan:
Here you have one of my favourite songs: I Crack an Egg.
Children stay sitting down in a cue one behind the other, and they touch the back of their classmate. At the same time, they feel the movements on their own back.
Then they can turn to the other side and do it again.
This activity is very pleasant for them and instill confidence in their classmates. And makes them feelling as a part of their group.
(OMG, I´ve lost all my English writing skills with the exams... Please, remember to help me correcting my mistakes, Thank you all)
Watch them having such a good time:
Rompo un huevo.
Rompo un huevo, rompo un huevo,
cae la yemita, cae la yemita,
suben las hormiguitas, bajan las hormiguitas,
suben los elefantes, bajan los elefantes,
suben los vampiros, te chupan la sangre, te chupan la sangre,
bajan los vampiros,
sube la serpiente,
rodea tu cabeza,
y hace mucho fríooooooooo.
martes, 16 de julio de 2013
La pizarra de las palabras bonitas
Una actividad que hicimos el último día de clase fue escribir en la pizarra palabras bonitas.
En realidad, "las palabras bonitas" las hemos trabajado durante todo el año en clase de diversas maneras para fomentar las habilidades sociales, la autoestima, la confianza, la amistad, el compañerismo y el sentido de pertenencia a nuestro grupo-clase.
Lo hemos hecho de muy diversas formas:
- Todos los días a la hora de la salida nos decimos los unos a los otros palabras bonitas (de forma oral).
- Cada vez se va complicando más porque vamos intentando inventarnos las más originales. Algunas veces cuando les pillaba inspirados, salían muy bonitas: sirena del mar, luna de la noche, requeteguapisísima, amor lindo de mi corazón...
- Nos escribimos cartas de amor y cariño a las familias, los compis, a la seño...
- Nos hacemos dibujos y nos lo regalamos. O se los queda la seño para encuadernarlos.
- Lo escribimos en cualquier forma: con plastilina, hacemos corazones con las construcciones, los juguetes, etc.
- Y muchas formas más.
Pues ese día nos pusimos a escribir algunas palabras bonitas en la pizarra para dejar un bello recuerdo de lo que ha sido este curso escolar. Al ser lunes último día de clase, no están todos los que son, pero sí que son todos los que estuvieron y esa pizarra está dedicada a todos y cada uno de nosotros: La clase de 4 años B.
Aquí tenemos a Miguel Ángel escribiendo como un niño mayor:
En realidad, "las palabras bonitas" las hemos trabajado durante todo el año en clase de diversas maneras para fomentar las habilidades sociales, la autoestima, la confianza, la amistad, el compañerismo y el sentido de pertenencia a nuestro grupo-clase.
Lo hemos hecho de muy diversas formas:
- Todos los días a la hora de la salida nos decimos los unos a los otros palabras bonitas (de forma oral).
- Cada vez se va complicando más porque vamos intentando inventarnos las más originales. Algunas veces cuando les pillaba inspirados, salían muy bonitas: sirena del mar, luna de la noche, requeteguapisísima, amor lindo de mi corazón...
- Nos escribimos cartas de amor y cariño a las familias, los compis, a la seño...
- Nos hacemos dibujos y nos lo regalamos. O se los queda la seño para encuadernarlos.
- Lo escribimos en cualquier forma: con plastilina, hacemos corazones con las construcciones, los juguetes, etc.
- Y muchas formas más.
Pues ese día nos pusimos a escribir algunas palabras bonitas en la pizarra para dejar un bello recuerdo de lo que ha sido este curso escolar. Al ser lunes último día de clase, no están todos los que son, pero sí que son todos los que estuvieron y esa pizarra está dedicada a todos y cada uno de nosotros: La clase de 4 años B.
Aquí tenemos a Miguel Ángel escribiendo como un niño mayor:
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domingo, 7 de julio de 2013
Trabajamos las normas en los juegos: Un juego de las sillas diferente.
Un día a la seño Yolanda y a mí se nos ocurrió que podíamos trabajar hábitos de autocontrol, normas regladas de juego y sobrellevar la capacidad de frustración mediante el sencillo JUEGO DE LAS SILLAS.
A estas edades, a nuestros niños a veces les cuesta entender que han perdido un juego, o tienen que retirarse en un momento determinado, y están en pleno proceso de aprendizaje de participación en juegos comunes donde hay unas reglas que cumplir.
Este juego de las sillas se ha variado un poquito: lo que hacemos es permitir que participen todos por turnos dejando el mismo número de sillas durante un tiempo, y un niño de más. Y cada vez que pierde uno, vuelve a su mesa y sale el siguiente, y así sucesivamente. Poco a poco vamos quitando sillas hasta que al final todos han participado y hay un ganador.
El juego funcionó estupendamente y todos aceptaron y entendieron las normas a la perfección. No hubo ni una queja ni una mala cara. Realmente me asombré de lo rápido que lo cogieron. Y se lo pasaron muy bien, que eso es lo verdaderamente importante. No hay más que verlos.
Aquí tenéis un trocito de ejemplo:
Un juego de las sillas diferente from Carla W on Vimeo.
A estas edades, a nuestros niños a veces les cuesta entender que han perdido un juego, o tienen que retirarse en un momento determinado, y están en pleno proceso de aprendizaje de participación en juegos comunes donde hay unas reglas que cumplir.
Este juego de las sillas se ha variado un poquito: lo que hacemos es permitir que participen todos por turnos dejando el mismo número de sillas durante un tiempo, y un niño de más. Y cada vez que pierde uno, vuelve a su mesa y sale el siguiente, y así sucesivamente. Poco a poco vamos quitando sillas hasta que al final todos han participado y hay un ganador.
El juego funcionó estupendamente y todos aceptaron y entendieron las normas a la perfección. No hubo ni una queja ni una mala cara. Realmente me asombré de lo rápido que lo cogieron. Y se lo pasaron muy bien, que eso es lo verdaderamente importante. No hay más que verlos.
Aquí tenéis un trocito de ejemplo:
Un juego de las sillas diferente from Carla W on Vimeo.
domingo, 30 de junio de 2013
Una carta para mi mejor amigo
Trasteando un poquito, he encontrado Vímeo, y voy a probar a ver si con esta plataforma podéis ver los vídeos en móviles, tablets..., y a mayor tamaño.
Aquí tenéis un bonito vídeo de Plácido leyendo una carta que él mismo ha escrito a su mejor amigo Raúl. La carta está traducida a mayúsculas para que pueda leerlo mejor, porque a Placi le gusta adornar las letras cuando escribe, y además, todavía tiene ortografía natural y escribe tal cual escucha, con lo que le resultaría más difícil leer directamente la suya.
Mirad qué bien lo hace. Ah ¡y sin gafas! ¡que ese día se le olvidó traérselas!
Aquí está la preciosa carta escrita por Plácido para Raúl:
Os agradecería que me dijeseis si el vídeo se ve y se oye bien, o si tenéis algún problema, sea con ordenador, Tablet, móvil, o cualquier otro soporte.
Si funciona, utilizaré Vímeo para colgar vídeos. Si tenéis alguna sugerencia o mejores experiencias con otras formas de colgar vídeos, os agradezco cualquier recomendación.
Gracias..
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