martes, 25 de noviembre de 2014

25 de noviembre: Día contra la violencia de género. Ni un besito a la fuerza.

Hoy, según Naciones Unidas, es el día de la eliminación de la violencia contra la mujer. Según su página web, la fecha del 25 de noviembre se escogió para honrar a las hermanas Mirabal, tres activistas políticas de la República Dominicana que fueron brutalmente asesinadas en 1960 durante la dictadura de Rafael Trujillo (1930-1961).

Aquí lo llamamos "día contra la violencia de género". También hay otras acepciones como "violencia machista", "violencia por razón de sexo", etc.

La cuestión es que, con los pequeñines, lo importante ha sido hacerles entender que por ningún motivo resulta necesario utilizar la violencia contra nadie. Y llamamos violencia a muchas cosas para ellos más fácil de entender que la palabra en sí: hacer daño, insultar, molestar, hacer sentir mal a otras personas...

Si en principio este día es en honor a las mujeres que sufren por razón de ser mujeres, extendemos a hombres por ser hombres, niños por ser niños, etc. Para que fuera más fácil, hemos pensado en clase que en las familias no se puede pegar ni insultar. Ni los papás a las mamás, ni las mamás a los papás, ni los papás a sus hijos o los hijos a sus papás, y así sucesivamente.

Porque claro, a nadie le gusta que le hagan sentirse mal de ninguna manera.

Por eso hemos trabajado con el cuento "Ni un besito a la fuerza", coeditado por el Instituto Andaluz de la Mujer, donde se nos insta a saber decir NO cuando sentimos que alguna situación relacionada con nuestro cuerpo nos incomoda. Se trata de un cuento destinado a la prevención de la violencia de género y, en especial, de la violencia sexual desde la infancia.

En el cole trabajamos para desarrollar la empatía, el respeto a los demás, la asertividad y la solución de conflictos. Este cuento nos sirve para aprender que no nos deben forzar a hacer cosas que nos hacen sentir mal.

Finalmente, hicimos un mural entre todos los compis de nivel con un gran beso y nuestras manos en morado.


 Preparando las letras del mural





  En el patio nos sentimos a gusto

 
 En el patio jugamos felices

El cartel de 5 años

 
Ni un besito a la fuerza. Los besitos siempre con cariño.


Aquí tenéis el enlace a un vídeo que realizamos de forma improvisada después de ver el cuento dos veces, pues les gustó mucho. Y lo recreamos a nuestra manera haciendo alguna que otra modificación para acortarla. Nuestra versión libre. Esperamos que os guste.

(Enlace al vídeo en la página web del colegio)


Y finalmente otro time-lapse mientras pintábamos el mural. Sale cortito porque me quedé sin espacio en el móvil.


sábado, 22 de noviembre de 2014

Time lapse del proceso de pintado de una camiseta con motivos indios americanos mutatis mutandis

Vaya título de entrada que he escogido...

Pues eso, gracias a las nuevas tecnologías podemos hacer maravillas que antes hacían solo los que tenían equipos y conocimientos cuasiprofesionales. En este caso os presento un vídeo captado con la técnica de time-lapse mientras dos de mis alumnos pintan de forma libre una camiseta con motivos que ellos consideran típicos de los indios nativos americanos. Esta técnica viene por defecto en el iPhone 6 y hasta el iPhone 5 (no recuerdo si el 4 lo puede tener) aparece en una de las opciones de la cámara cuando actualizas el sistema operativo. Si tienes Android u otro sistema operativo, hay programas gratis que os podéis descargar que permiten hacer lo mismo.

Para trabajar los motivos indios estuvimos un tiempo viendo imágenes hasta encontrar patrones característicos, como las repeticiones, las formas geométricas, etc.


Luego reprodujimos a nuestra manera y de forma colectiva diversos motivos. Primero en la pizarra digital y luego en el papel. Diseñaron su propia camiseta.









Y finalmente cogieron su camiseta que las mamás amablemente nos cortaron en tiras (pues es otra característica que se suele repetir en la ropa de los indios nativos americanos) y los pequeños hicieron sus propias producciones de forma libre y espontánea -no tenía delante su pre-diseño-. Han salido unos diseños realmente preciosos. Aquí tenéis el time-lapse:


Por cierto, mutatis mutandis es una locución latina que significa "cambiando lo que se deba cambiar". Yo lo he usado en el sentido de versión libre análoga. Cosas mías.

sábado, 15 de noviembre de 2014

El arte de hacer preguntas



En esta entrada hago un inciso sobre el proyecto que estamos trabajando y me detengo en una reflexión que me ronda prácticamente desde que me dedico al mundo de la docencia.

No pretendo pontificar, ni ofrecer claves, ni técnicas, ni teoría. Solo compartir mis pensamientos.

Una de las grandes bases que usamos para enseñar y aprender en clase es la del diálogo, el debate y el intercambio de preguntas. Otra de ellas es el juego, otra las relaciones con los demás y otra la búsqueda de información y la plasmación en soportes físicos. Hay más pero esas son las que más utilizamos.

Jose Antonio Fernández Bravo, especialista en matemáticas, en su libro "Enséñame a contar y a no contar" (2014), nos ofrece unos consejos:

Dominar el arte de preguntar, partiendo siempre del lenguaje del alumno, como modelo de duda, desafío y camino de comprensión para el aprendizaje, en la adquisición del concepto que se esté elaborando intelectualmente; conduciendo al alumno mediante ejemplos y contraejemplos que fomenten la discusión y el diálogo, para que sea él, y sin corrección algun por nuestra parte, el que advierta con claridad, por el diálogo interior provocado: el acierto o el error cometido. Utilizar la pregunta, desde la enseñanza, como modelo didáctico; desde el aprendizaje, como fuente de conocimiento.

Pues bien, esto que parece tan claro, a mí todavía me parece una hazaña titánica. En el sentido de que hacer buenas preguntas es un arte y para eso hay que ser un artista.

Lo confieso, todos los días modero, converso y hago preguntas. Todos los días los pequeños cuentan cosas muy interesantes y van encadenando pensamientos. Todos los días voy guiando y reencaminando las cuestiones en la dirección que me interesa (aquí encuentro uno de mis dilemas).

Y sin embargo, parece que dominar el arte de hacer buenas preguntas se encuentra todavía lejos de mi alcance. O al menos, así me siento.

Hay personas que aprenden muy bien a través del método socrático, otros aprenden mejor experimentando, viendo, imitando, repitiendo, tocando... Pero siempre hay que aprovechar el lenguaje, el debate y el diálogo para poder dar forma y organizar las ideas de nuestra mente a través de la expresión oral.

Una cosa es que yo pregunte para aprender y otra que yo pregunte para que los demás aprendan. Sobre todo si los demás son criaturas de 3, 4 o 5 años. No es cosa fácil. Al menos para mí.

Existen las preguntas abiertas, las preguntas cerradas, las retóricas, las implícitas, etc. Las que provocan inferencias, las que provocan contradicciones, las que provocan inducciones...

Procuro usarlas a diario, pero sé que todavía me queda mucho por aprender. Y en bastantes ocasiones me quedo con la sensación de que podría haber sacado más partido de la conversación. No sé si a otros docentes le pasa lo mismo.

Hay investigaciones que muestran que la calidad del discurso en el aula es uno de los elementos más decisivos en el aprendizaje: los intercambios sociales con los demás son fundamentales para construir significado. Aquí nos encontramos con el dilema anterior.

Si las preguntas-respuestas toman la forma de "maestra pregunta"-"alumno responde"-"maestra evalúa (¡Bien! ¡Eso es!)", no parece que la discusión esté optimizada. El pensamiento crítico y la construcción del significado se realiza a través de intercambio de opiniones, puestas en común, escucha activa, participación de todos y contraste de conclusiones.

En muchas ocasiones no nos detenemos a reflexionar sobre nuestras interacciones y si las preguntas que hacemos provocan un verdadero aprendizaje. Parece darse por sentado que ya sabemos hacerlo adecuadamente. No obstante, ha sido uno de mis grandes caballos de batalla precisamente  porque creo en su gran potencialidad. Al menos confío en que reflexionar sobre esto me ayude a ser consciente y a intentar mejorar cada día. En voz baja y sin que se entere nadie: cuando me veo en las grabaciones, muchas veces me echo las manos a la cabeza ¡vaya tontería que he dicho! Para muestra, un botón -creo que el alumnado lo hace mejor que la seño-:


(Vídeo disponible solo en la web del colegio)


Hacer preguntas para que otros aprendan es un arte. Como decía Concha Velasco: "¡Mamá, quiero ser artista!".

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